Cuando tu diagnóstico de Infertilidad concluye con la palabra Ovodonación, tu mente entra en shock, te quedas en blanco, el corazón se detiene, estás sin aliento, no comprendes cómo has podido llegar hasta aquí, tus menstruaciones son regulares y aunque estás en el portal de los 40 te sientes joven, es cómo si le estuvieran hablando a otra persona. La frase “sólo podrás ser madre si recurres a una donante de óvulos” rebota en tu cabeza sin cesar de un lado a otro surgiendo a continuación la pregunta ¿por qué a mi?
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La Plasticidad Cerebral
Transcurridas unas semanas la plasticidad cerebral hará que empieces a asimilar la noticia. El cerebro tiene mecanismos que te permiten ser flexible y de esta forma crear nuevas conexiones entre neuronas. El cerebro destruye, construye y refuerza aquella información que tiene valor para ti y tu supervivencia desechando todos aquellos datos en función de la utilidad que estos tengan en el futuro para así dar paso a nuevos aprendizajes, siendo capaz incluso de modificar los comportamientos.
Ahora bien, atravesar este portal no es una decisión fácil, implica aceptar que tus genes no serán transmitidos a tu futuro hijo/a y esto conlleva atravesar un profundo duelo.
El llamado Duelo Genético tiene asociado una serie de temores propios de esta situación: ¿querré a este niño/a si no lleva mis genes?, dado que no conozco a la donante y no puedo elegirla ¿cómo saldrá el bebé?, ¿y si dentro de unos años cambian las leyes y la donante aparece en nuestras vidas, en qué lugar quedaré yo?, ¿mi hijo/a me perdonará por haber tomado esta decisión?
Frente a un escenario de estas características, tomar esta decisión no puede venir únicamente desde la mente racional sin tener en consideración la mente inconsciente y las emociones subyacentes. Hay que metabolizar esta decisión pues en mayor o menor grado estás bajo un elevado nivel de estrés con su consecuente impacto físico, mental y emocional. Estar en ese sobreestímulo hace que se tomen decisiones a una velocidad en la que no se respetan los tiempos internos, ni el verdadero sentir.
“Esta es una decisión que requiere viajar a lugares profundos de la psique”
De ello dependerá el bienestar futuro de la familia que estás construyendo, de tu descendencia, de tu relación de pareja y por ello vale la pena preguntarse desde dónde estás eligiendo:
- ¿eliges desde tu integridad?
- ¿eliges desde una conexión profunda con tu cuerpo y tu sabiduría?
Elegir desde lo que escuchas fuera, elegir desde lo lineal, desde hago esto, porque es lo que toca y no me queda otra opción, sin sincronizarte con tu verdadero sentir, generará fricción, generará tensión a nivel interno y por lo general NO da buenos resultados.
Es importante darse cuenta que tomar decisiones desde el imperativo del tiempo lineal, desde el discurso del “ya no me queda tiempo” o “no puedo hacer nada más” hace que no exista un consenso profundo y verdadero, generándose así una incongruencia entre lo que piensas y lo que sientes, pues no estás en la integridad de tu ser y acabarás diciendo SÍ, cuando en realidad quieres decir NO.
Así pues, el trabajo a realizar antes de decir SÍ a un proceso de OVODONACIÓN consiste en regular el sistema nervioso para encontrar un lugar interno de pertenencia y conexión con tu cuerpo, con tus tiempos, con tu voluntad y tus deseos, para poder decidir desde tu centro, desde la serenidad, desde la intimidad. En definitiva, desde la alineación de tu cuerpo, mente y emociones.
“Estás en el derecho de tomarte tu tiempo para elegir, tu tiempo para asimilar, para hacer tu duelo, para aceptar e integrar esta decisión desde el amor y la consciencia”
Una mujer mejicana con la que trabajé recientemente me dijo:
“Anna, tomé esta decisión de dientes hacia fuera, sin mirar hacia mi interior. Ahora entiendo porqué mi ovodonación no funcionó”
La Epigenética
La epigenética es una palabra de origen griego y significa “por encima (epi) del genoma”. Es el lenguaje que utiliza el organismo para comunicarse con el medio y adaptarse a él.
Investigaciones realizadas por el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) han demostrado cómo antes de anidar el embrión, éste recibe miARN de la madre gestante, iniciándose así el encendido y apagado de los genes del futuro bebé a través de pequeñas etiquetas químicas que se agregan o eliminan del ADN en respuesta a los cambios del entorno, tanto internos como externos. Así pues, es la madre receptora quien da forma epigenéticamente al genoma del bebé, es quien cambia la legibilidad o expresión de los genes.
“Una mujer embarazada puede reprogramar la genética del embrión aunque éste no sea biológicamente suyo”
Las características transmitidas a ese embrión tendrán que ver con rasgos físicos generales, actitudes y expresiones de la madre gestante debido a la modificación epigenética producida, siendo esta la explicación de aquellos casos donde se da un gran parecido entre la madre receptora y el bebé.
Por todo lo mencionado anteriormente se puede afirmar que gracias a la revolución científica aportada por la epigenética, el determinismo genético donde los genes son secuencias de ADN que permanecen invariables, pertenece ahora al siglo pasado.
Lactancia Materna
Así mismo estudios científicos realizados sobre lactancia materna han revelado que las células madre de la leche materna se transfieren al bebé y terminan en sus órganos vitales, especialmente en el cerebro. Al igual que sucede durante la gestación, donde se produce una migración de células madre desde el feto hacia el cuerpo de la madre a través de la placenta instalándose en el cerebro, corazón e hígado, conociéndose este fenómeno como “microquimerismo fetal”. Estas células son pluripotenciales, lo que quiere decir, que pueden transformarse en cualquier tipo de célula.
Este intercambio empieza a producirse sobre la cuarta semana de gestación.
Las células madre que posee la leche materna son capaces de cruzar el intestino y emigrar a la sangre del bebé hasta alcanzar su cerebro, siendo este un fenómeno que aporta importantes atributos en el desarrollo del recién nacido.
En resumen, tu bebé independientemente de cual sea su origen genético tendrá en su organismo parte de tu cuerpo y tú parte del suyo dada toda la transferencia de información que se ha producido durante el embarazo y la lactancia materna.
Y es a través de un profundo trabajo de conexión contigo misma mediante la Fertilidad Consciente que elegirás convencida del paso que estás dando desde lo más profundo de tu ser. Desde aquí consigues decir un SÍ en MAYÚSCULAS a la OVODONACIÓN. Aquí es cuando la semilla se implanta en tu corazón y en tu útero para dar cabida a una nueva vida.
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