El sentido del sufrimiento

El Sentido del Sufrimiento

La mayoría de nosotros no aceptamos el sufrimiento, más bien, queremos escapar de él. Cuando aparece, solemos emprender una “huida hacia delante”, recurriendo a distracciones y entretenimientos que nos permitan evadirlo a través del trabajo, el alcohol, los fármacos, el sexo, las drogas, el consumismo, etc., confiando en que el efecto analgésico de dichas evasiones inhiba nuestra aflicción. 

Pero es nuestra capacidad de relacionarnos con el sufrimiento, lo que nos permitirá modificar nuestra actitud y aumentar así nuestra conciencia de cómo sobrellevarlo, pues de lo contrario lo interpretaremos como un acontecimiento sin sentido que destruye a las personas y nos lleva a la desesperación. 

El rebelarse no nos beneficiará, sino todo lo contrario, ya que se produce la paradoja de que la obsesión por escapar del mismo, lo agudizará más. Rechazandolo por ser algo terrible sin posible justificación, causante de traumas y trastornos, se pierde la oportunidad de sensibilizarnos y empatizar con el dolor ajeno. Como decía Carl G. Jung “lo que rechazas, permanece; lo que aceptas se transforma”

 Es en este escenario, donde juegan un papel fundamental los profesionales especializados en duelo, pues han de saber transmitir la dimensión positiva del sufrimiento, de ayudar a descubrir un nuevo sentido,  para saber incorporar a nuestras vidas los valores más preciados y genuinos. Para ello, como condición previa, deberán contar con la suficiente sensibilidad, empatía y conocimiento de la naturaleza humana, para que las dolientes puedan recobrar su identidad, su estima personal y ayudarles así a conectar con toda la profundidad de su “ser”, de su dimensión trascendente y espiritual. Es en realidad, en el plano de lo espiritual, donde se ilumina y hace imaginable el sentido del sufrimiento. Es cuando éste adquiere un sentido superior y se acepta como un hecho ligado a la vida humana, que se constituye en una fuente de enriquecimiento personal.

Fue el médico psiquiatra austríaco Victor Frankl, quien recordando sus años de prisionero en los campos de concentración nazis, afirmó que si el sufrimiento, la muerte y la enfermedad, no tuvieran un sentido más allá de nosotros mismos, la vida no merecería ser vivida. Paradójicamente, fue en estas límites y horribles circunstancias donde adquirió conciencia del sentido y dignidad de la vida humana y del valor del sufrimiento: 

“ ¿Tiene todo este sufrimiento, estas muertes en torno mío, algún sentido? Porque si no, definitivamente, la supervivencia no tiene sentido, pues la vida cuyo significado depende de una causalidad -ya se sobreviva o se escape a ella- en último término no merece ser vivida”.

En este sentido las palabras de Elisabeth Kübler-Ross también nos inspiran:

“El sentido del sufrimiento es éste: todo sufrimiento genera crecimiento. Nada de lo que nos ocurre es negativo, absolutamente nada. Todos los sufrimientos y pruebas, incluso las pérdidas más importantes, son siempre regalos”

Así pues, a la pregunta del por qué sufrimos, del sentido del sufrimiento, será más fácil aproximarnos con una respuesta que abra nuestros corazones a una nueva dimensión de pensamiento: si aprendemos de aquello que nos sucede y lo convertimos en experiencia vital, podrá ser un camino de desarrollo, de aprendizaje de vida y de crecimiento como personas. 

Tal y como expresa Alba Payás en su libro “El mensaje de las lágrimas”:

“Puedes apropiarte de tus circunstancias y convertirlas en co-creadoras de tu vida: aunque no puedes cambiar lo que te sucede, puedes decidir cómo lo vives”

Cualquier tipo de sufrimiento y de sacrificio que la vida nos depare, podrá tener una mayor aceptación si sabemos que detrás de él puede haber un sentido que ilumine su significado, ya que nuestro interés principal como seres humanos es el de encontrar un sentido a la vida aún en los hechos más adversos.

Atravesar un duelo requiere de tiempo, de autocuidado, de reflexión e introspección, donde tú has de pasar a ser lo prioritario y donde todo lo que hagas en este sentido tendrá un beneficio sobre tu salud física, mental y emocional. 

Sé por experiencia que esto requiere dar un paso hacia delante y que puede parecerte algo difícil de alcanzar, pero dejame decirte que NO es imposible.

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